En algún momento, se lo
consideró un punto en el Archipiélago Ártico. Investigaciones recientes
demuestran que se extiende por la depresión polar hasta la Península Taimyr en
Siberia. Las líneas representan
meridianos magnéticos. (Concepción más reciente del polo norte magnético;
basado en la investigación de científicos rusos.)
Tenemos a nuestra
disposición, en la forma de registros de varios cientos de años y en archivos
rusos, la historia de la exploración ártica que prueba más allá de la duda, el punto
más importante que queremos transmitir; que el polo norte magnético no es un
punto, sino —según los rusos— una línea de aproximadamente 1.600 kilómetros.
Antes de seguir adelante, queremos aclarar que nosotros creemos que esta
deducción es errónea, y que la línea es en realidad un círculo. A raíz de la
falta de espacio para situarla en el globo, los rusos se ven obligados a
comprimir sus observaciones en un área de dos dimensiones: apretaron los dos
costados del círculo y hacen una línea del círculo. Ahora, quisiéramos dar un
resumen de ese punto de la exploración rusa, que en realidad cubre mucho más
que sólo el geomagnetismo: Los navegantes en latitudes altas siempre tuvieron
problemas con el extraño comportamiento de las brújulas magnéticas, causado por
las aparentes irregularidades y asimetrías en el campo magnético de la tierra.
Los primeros mapas magnéticos fueron creados con esta premisa, basados en
suposiciones esperanzadas, de que el polo norte magnético fuera un punto. Por
ende, se esperaba que la aguja de la brújula, que baja cada vez más al
acercarse al polo magnético, apuntara hacia abajo al llegar allí. Sin embargo,
la información de muchas expediciones rusas y otras mostraban que la aguja
apunta hacia abajo a lo largo de un gran trayecto que cruza el Océano Ártico,
desde un punto en el noroeste de la Península Taimyr hasta otro en el
Archipiélago Ártico. Este descubrimiento, en un principio, inspiró la hipótesis
de que hay un segundo polo norte magnético, ubicado a los 86 grados longitud este.
Observaciones más refinadas descartaron esta idea. El mapa del campo magnético,
ahora, muestra los meridianos magnéticos que corren juntos en un grupo de
líneas desde el norte del Archipiélago Ártico hasta Sibería. Se ha demostrado
que el polo norte magnético, alguna vez considerado un punto en el Archipiélago
Ártico, se extiende por la depresión polar hasta la Península Taimyr en
Siberia.
El ‘polo’, en términos de
magnetismo, es un área muy extendida, que cruza la depresión polar de un
continente al otro. Tiene una longitud de por lo menos 1.600 kilómetros y es
probable que existan 1.600 kilómetros más como una línea difusa. (No es un
punto en el norte lejano, sino el borde de la abertura polar, ya que después de
pasarlo y entrar en la abertura que lleva al interior de la tierra, el
Almirante Byrd dejó atrás el hielo y la nieve árticos y entró en un territorio
más cálido. El autor.) Cualquier otro explorador ártico que lleve una brújula
magnética - sostiene- que llegue al polo, sólo puedo decir que llegó a un
punto, que puede estar en cualquier lado demostrable dentro de un área de 3.200
kilómetros (el borde magnético de la abertura polar), donde el compás señalaba
hacia abajo. Es un logro destacable, pero no el descubrimiento del polo.
Ya que otras clases de
brújulas, como la guía giroscópica y de inercia, tienen limitaciones igualmente
vagas, nos animamos a afirmar que nadie ha llegado al polo y que no existe un
polo al cual llegar.
Luego, al no encontrar
explicación para el comportamiento extraño de la brújula en la depresión polar,
los teóricos recurrieron al espacio y la atmósfera superior e, inclusive al
sol, para explicar lo que les ocurre a los instrumentos. Entonces, decidieron
que el polo es ‘la interacción entre el campo magnético y las partículas
cargadas, provenientes del sol’. Más significativas aún son las referencias a
los cartógrafos anteriores, cuyos mapas son ‘nubes petrificadas en la
imaginación de los cartógrafos como masas de tierra’. La armada se sintió
molesta cuando el ejército dijo que las montañas perdidas del Polo Sur nunca
estuvieron allí, porque no podían encontrarlas con sus propias conjeturas
confusas, basadas en el polo magnético, que no existe. En la actualidad,
descubrimos que las áreas nuevas de tierra están ‘descubiertas’, y que se
descartan los viejos mapas porque las tierras que muestran ya no existen. (Esta
confusión se debe a la acción irregular de la brújula en el norte lejano,
debido a que el polo norte magnético no es un punto como suponían los
cartógrafos, sino un círculo alrededor del borde de la abertura. El autor.)
Esto nos trae al tema de
las ‘tierras misteriosas’ de gran extensión en las áreas polares, que no se
pueden situar en el globo sin superposición con otras extensiones.
Es sabido que los polos
magnéticos del norte y sur no coinciden con los polos geográficos, como
ocurriría si la tierra fuera una esfera sólida, convexa en los polos. La
razón de que los polos magnético y geográfico no coincidan es que, mientras el
polo magnético está sobre y a lo largo del borde de la abertura polar, el
geográfico está en el centro, en el aire, no en tierra sólida. Como veremos
más adelante, el verdadero polo magnético y centro de gravedad no es un borde
externo de la abertura polar, sino un punto en el centro de la corteza
terrestre, que estará a 650 kilómetros de profundidad, y corre a lo largo de la
abertura. Por esta razón, la aguja de la brújula sigue apuntado en sentido
vertical hacia abajo cuando se pasa el borde de la abertura y se entra en ella.
Sólo después de pasar el centro, la aguja apuntaría hacia arriba en vez de
abajo. En ambos casos, después de llegar al borde de la abertura polar, la
brújula ya no funciona en sentido horizontal como antes, sino vertical. Todos
los exploradores árticos que llegaron a latitudes tan elevadas hicieron la
misma observación, y siempre los desconcierta. La única explicación viene de
la concepción de la tierra hueca y las aberturas polares, con el polo magnético
y el centro de gravedad en el medio de la corteza de la Tierra y no en el
centro geométrico. Como resultado, el agua del océano en el interior de la
corteza se adhiere a la superficie interna al igual que a la externa. Podemos
calcular que el polo magnético del polo y el centro de gravedad son una línea
circular alrededor de la abertura polar, pero en el medio, a aproximadamente
650 kilómetros de la superficie de la Tierra. En apoyo de la concepción de que
el polo magnético está situado en el borde de la abertura polar, Palmer cita
los siguientes hechos. Entre cada polo magnético en la Tierra pasan meridianos.
Contrariamente a los meridianos geográficos que miden la longitud, los
magnéticos se mueven de este a oeste y de vuelta. La diferencia entre los
geográficos —el norte y sur verdaderos— y la dirección en que apunta una brújula
magnética, es decir el meridiano magnético de un lugar, se llama declinación.
La primera observación se hizo en Londres en 1580, mostró una declinación hacia
el este de 11 grados. En 1815, alcanzaba los 24,3 grados hacia el oeste, como
máximo. Esto significa un cambio de 35,5 grados en 235 años, equivalente a
3.416 kilómetros. Si dibujáramos un círculo alrededor del polo, con un radio de
1.708 kilómetros, para que el diámetro fuera de 3.416 kilómetros, representaría
el borde de la abertura polar. El Polo Norte Magnético pasó de un punto a otro
diametralmente opuesto de este círculo, a 3.416 kilómetros de distancia, en 235
años. Por esta razón, el polo magnético y el geográfico no coinciden. El
geográfico es una extensión del eje de la tierra —que está en el centro de la
abertura polar— por lo tanto, existe en el espacio vacío. Por ello, ningún
explorador podrá “descubrirlo”, ya que no está en tierra sólida.
Según Marshall Gardner,
el borde de la abertura polar, que es el verdadero polo magnético, es un gran
círculo de 2.260 kilómetros de diámetro. Es tan grande que cuando los
exploradores lo pasan —como hicieron muchos— la inclinación es tan gradual que
no se dan cuenta de que ingresan al interior de la Tierra; se imaginan que
están en la superficie. Por lo tanto, el polo
magnético puede ser cualquier punto en el círculo del borde magnético de la
abertura polar. Palmer dice lo siguiente al respecto:
“El punto de precisión
del polo magnético existe en una sola porción de la circunferencia por vez, y
se mueve en forma progresiva alrededor del círculo en una órbita definida, que
tarda 235 años en recorrer. Es decir, que el polo magnético viaja 29 kilómetros
por año. Vuelos militares y civiles sobre el polo se pueden realizar a diario
sin que se manifieste la menor evidencia del vasto agujero en la Tierra. Se
circunscribe el perímetro, a pesar de lo que creen, debido al error original de
suponer que pasan sobre un punto y no una gran circunferencia, la cual tocan en
un solo punto, para luego desviarse de la curva natural porque viajan en línea
recta. Si la tierra fuera una esfera sólida, con dos polos en las puntas del
eje, al ser un imán, los magnéticos coincidirían con los geográficos. Que no
sea así resulta inexplicable dentro de la teoría de que la tierra es una esfera
sólida. La explicación se aclara cuando aceptamos la existencia de aberturas
polares, con polos magnéticos a lo largo del borde circular, en vez de
solamente en un punto fijo.”
Palmer cita una
afirmación significativa de exploradores rusos: “La exploración y la
investigación muestran que tal vez en unos años la comprensión humana abarque
una enorme área nueva de la superficie terrestre y los correspondientes
dominios dentro de lo desconocido”. Este comentario suena muy parecido a
los del Almirante Byrd que dicen que la región ártica es “el centro del gran
desconocido”. Tal vez los rusos conozcan su descubrimiento de “un nuevo y vasto
territorio” más allá del polo. Palmer comenta lo siguiente al respecto: “Esta
es una frase realmente estupenda. Contemplemos lo que de veras dice: que no
sólo la exploración, sino también la investigación demuestran que tal vez en
unos años la comprensión humana abarque una nueva área de enormes regiones de
la superficie terrestre y los correspondientes —esta palabra es significativa—
dominios dentro de lo desconocido. En otras palabras, además de las áreas que
podemos comprender e investigar con exploración, hay grandes áreas que la
comprensión humana todavía tiene que comprender por medio de la investigación.
Sí existen grandes áreas desconocidas que están más allá de la comprensión
humana, y ‘tal vez’ las descubramos y comprendamos en unos años. Es decir que,
además de áreas que podemos entender e investigar con la exploración, existen
grandes dominios que debemos abarcar con nuestra comprensión por medio de la
investigación. En las siguientes frases de los exploradores rusos encontramos
que hay mucha ‘perspectiva para el desarrollo’ en la depresión polar, que, de
acuerdo a las creencias actuales, es sólo agua congelada. ¿Cuál es la gran
perspectiva: cubos de hielo para el té? No, debe haber posibilidades más
interesantes, la clase vinculada con grandes masas de tierra en un área
desconocida aún sin explorar y desarrollar.”
Palmer cita así a los
rusos: “Hace sólo 30 años, más de la mitad del área total de la depresión
polar no había sido explorada, y 16 por ciento era todavía ‘térra incógnita’
hace sólo 15 años. En la actualidad, aunque sea una desilusión para los jóvenes
geógrafos, el área de los puntos en blanco en el mapa de la depresión polar se
ha reducido a casi nada. A la vez, para gran pena de los exploradores de mayor
experiencia y para grande y comprensible placer de los más jóvenes, todavía
quedan puntos en blanco en otras partes del Ártico. El océano, el aire y la
ionosfera todavía pueden encerrar misterios”.
Luego comenta sobre esta
afirmación rusa: “Nos enteramos de que los puntos en blanco en el mapa de la
depresión polar han disminuido a casi nada. Luego nos dicen que aún hay puntos
en blanco en otras partes del Ártico. ¿Dónde? Dicen que el océano, el aire y la
ionosfera aún encierran muchos misterios. En especial el océano, en cuya
extensión desconocida existen vastas masas de tierra que están más allá de
nuestra capacidad de ubicación en los mapas y también de nuestra comprensión.
Podemos decir que ésta es una afirmación ambigua o que se oculta algo, pero no
lo haremos porque no es cierto. Esto es sincero, la única forma de expresar con
sinceridad algo que aún no se comprende. Decir, en forma más definida, que hay
masas de tierra dentro de un área que se suele llamar ‘un punto’, es
enfrentarse al desafío de demostrarlo y probarlo. Ya que esto no es posible,
sólo pueden darse indicios vagos de misterios. Es tarea de aquellos que se
oponen a la teoría de la ‘tierra de misterio en el polo’, probar que no es
verdad o probar la suya, que ya fue demolida por científicos y exploradores de
las dos naciones más grandes de la tierra. Lo que aquí presentamos no es una
teoría, sino el resultado acumulativo de cientos de años de exploración, que
culminan en el año geográfico que estableció la información que dimos como el
‘nuevo concepto de geomagnetismo en la depresión polar.
El misterio por fin llega
a ser conocido, y los que se burlaban se callan. Trabajemos todos jun, tos para
encontrar la verdad sobre este misterio tan fascinante e importante para la
humanidad ¿Qué es lo que existe en ambos polos de la tierra que nos abre nuevas
fronteras tan vastas en extensión y naturaleza que están más allá de nuestra
comprensión actual? Tal vez la exploración del espacio sea menos importante que
la de nuestro misterioso planeta, que de repente se ha convertido en un Vasto
dominio’ mucho más grande de lo que alguna vez soñamos”.
La teoría de la Tierra
hueca, con aberturas en los polos se originó en William Reed en 1906, cuando
presentó, por primera vez, su libro Phantom of the Poles. Catorce años más
tarde, en 1920, otro escritor estadounidense, Marshall B. Gardner, publicó un
libro titulado A Jowney to the Earth’s Interior or Have the Poles Really Been
Discovered? No parecía saber riada del libro de Reed, ya que no lo mencionó en
su bibliografía, que era muy extensa e incluía la mayoría de los libros
importantes sobre la exploración ártica. Gardner, en su libro, presenta la misma
concepción de la estructura terrestre que Reed: que es hueca, con aberturas en
los polos. Difiere con él en la creencia de la existencia de un sol central,
fuente de la aurora boreal. En los diagramas de este libro, Gardner describe la
tierra con aberturas circulares en los polos; y dice que el océano, que fluye
por estas aberturas, se adhiere a la corteza sólida, tanto encima como debajo,
ya que el centro de gravedad de la tierra reside en el medio de esta porción
sólida y no en el interior hueco, de acuerdo a su teoría. Por esta razón, si un
barco viajara por las aberturas polares y llegara al interior de la tierra,
continuaría su curso en una posición inversa del lado de adentro de la corteza,
así como a la noche, nosotros estamos debajo de la superficie de la tierra,
adheridos por la gravedad.
El libro de Gardner, ya
fuera de edición y poco frecuente, al igual que el destino de muchos otros
trabajos escritos sobre el mismo tema —que fueron perdidos u olvidados—
contiene muchos diagramas interesantes.
William Reed sostiene que
la atracción gravitacional es más fuerte en la mitad de la curva que va al
interior de la tierra, donde está el centro de gravedad. Dice que es tan fuerte
en este punto que el agua dulce y la salada de los icebergs no se mezclan. Esto
permite obtener agua dulce en el Océano Ártico. ¿Cómo puede encontrarse agua
dulce en el norte extremo, donde sólo hay agua salada de océano, y cómo pueden
formarse icebergs de agua dulce y no salada? La única explicación, como señalan
tanto Reed como Gardner, es que es agua que proviene de los ríos que
desembocan desde el interior cálido de la tierra, y que al llegar a la
superficie fría, se congelan y se convierten en icebergs, que se rompen y caen
al mar. Entonces producen marejadas extrañas que los exploradores árticos
han observado con extrañeza en el norte lejano.
Tanto Reed como Gardner
afirman que la temperatura en el interior de la tierra es mucho más uniforme
que afuera y que es más cálida en invierno y más fresca en verano que la
nuestra. Hay lluvia suficiente, más que en la superficie, pero nunca hace
suficiente frío para que nieve. Es un clima subtropical ideal, libre del calor
opresor de los trópicos y del frío de la zona templada. También sostienen que
la abertura polar norte es más grande que la del sur. Dicen que existe una
tierra de paraíso del otro lado de la Barrera de Hielo del Mamut, que hay que
pasar antes de llegar al clima cálido más allá del polo, que el Almirante Byrd
sobrevoló.
En la curva de la
abertura polar hay otro aro de hielo, llamado el Gran Banco de Témpanos Masivos
de Agua Dulce o Barrera de Hielo. Allí, se originan los icebergs. Todos los
inviernos este aro se forma con el agua dulce, que fluye hacia afuera desde
dentro de la tierra. En los meses de invierno, miles de millones de toneladas
de agua dulce corriente, proveniente de ríos dentro de la tierra, que fluyen
hacia afuera por medio de las aberturas polares, se congela al salir y forma
montañas de hielo de agua dulce, cuya presencia resultaría inexplicable si la tierra
fuera una esfera sólida. En el verano, gigantescos icebergs de kilómetros de
largo, se desprenden de las montañas y flotan hacía el exterior de la tierra.
Están compuestos de agua dulce, donde sólo puede existir agua salada. Dado que
el agua del exterior de la Tierra en estas regiones es salada en su totalidad,
el agua dulce que compone estos icebergs tiene que provenir del interior.
Iceberg. Son de agua dulce, lo cual significa que proceden de ríos del
interior de la Tierra.
En el interior de los icebergs, el mamut y otros animales tropicales inmensos, supuestamente de origen prehistórico, porque nunca fueron vistos en la faz de la tierra, fueron hallados en perfecto estado de conservación. Algunos tenían vegetación verde en las bocas y los estómagos en el momento de ser congelados en forma repentina. La explicación acostumbrada es que estos animales prehistóricos vivían en la región ártica cuando ésta tenía clima tropical. La llegada del período glaciar convirtió el Ártico de una zona tropical a una helada y congeló estos animales antes de que tuvieran tiempo de huir al sur. La existencia de los grandes depósitos de marfil encontrados en Siberia y en islas del norte, se explican de la misma manera. Sin embargo, Gardner sostiene una teoría totalmente diferente, que encuentra apoyo en las observaciones del Almirante Byrd, quien descubrió una criatura gigante similar a un mamut en la tierra más allá del polo, proveniente del interior de la tierra. Dice que pueden ser llevados por los ríos a la superficie y congelarse dentro del hielo formado cuando al llegar a la superficie esos mismos ríos forman glaciares e icebergs.
En el interior de los icebergs, el mamut y otros animales tropicales inmensos, supuestamente de origen prehistórico, porque nunca fueron vistos en la faz de la tierra, fueron hallados en perfecto estado de conservación. Algunos tenían vegetación verde en las bocas y los estómagos en el momento de ser congelados en forma repentina. La explicación acostumbrada es que estos animales prehistóricos vivían en la región ártica cuando ésta tenía clima tropical. La llegada del período glaciar convirtió el Ártico de una zona tropical a una helada y congeló estos animales antes de que tuvieran tiempo de huir al sur. La existencia de los grandes depósitos de marfil encontrados en Siberia y en islas del norte, se explican de la misma manera. Sin embargo, Gardner sostiene una teoría totalmente diferente, que encuentra apoyo en las observaciones del Almirante Byrd, quien descubrió una criatura gigante similar a un mamut en la tierra más allá del polo, proveniente del interior de la tierra. Dice que pueden ser llevados por los ríos a la superficie y congelarse dentro del hielo formado cuando al llegar a la superficie esos mismos ríos forman glaciares e icebergs.
Cría de mamut. Se descubrió congelada en una
excavación del noreste de Siberia, en 1977. Estos animales son los que vio el
Contralmirante Byrd cuando sobrevoló el interior de la Tierra.
En Siberia, a lo largo
del río Lena, se encuentran, expuestos en la tierra y enterrados, los huesos y
colmillos de millones de mamuts y mastodontes. El consenso de la opinión científica
es que estos son remanentes prehistóricos y que el mamut existió hace más o
menos 20.000 años y desapareció en la catástrofe desconocida que llamamos el
último período glaciar.
Schumachoff, un pescador
que vivía en Tongoose, Siberia, fue el primero que descubrió un mamut entero
congelado en un bloque de hielo transparente en 1799. Cortó el hielo para
liberarlo, le quitó los colmillos inmensos y dejó el cadáver de carne fresca
para que lo devoraran los lobos. Más adelante, se envió una expedición para
examinarlo y, en la actualidad, se puede ver el esqueleto en el Museo de
historia natural de Leningrado.
Los exploradores polares
no sólo mencionan la fauna (animales), sino también la flora (vegetación) en el
extremo norte. Además, muchos animales, como el toro almizcleño, emigran hacia
el norte en el invierno. Esto resulta lógico sólo si hay un clima más cálido
allí. En reiteradas oportunidades, los exploradores árticos observaron osos que
van hacia el norte a un área donde no habría alimentos para ellos si no
estuviera la abertura polar que conduce a una región más cálida. También se
hallaron zorros del paralelo 80 hacia el norte; era evidente que estaban bien
alimentados. Sin excepción, estos exploradores concuerdan en que, aunque
resulte extraño, cuanto más al norte se vaya, pasada determinada latitud, más
cálido es el clima. Invariablemente, un viento norte trae mayor temperatura.
Se hallaron árboles coníferos flotando en la orilla, provenientes del norte
lejano. También aparecen mariposas, abejas e, inclusive, mosquitos, que no se
encuentran hasta llegar a cientos de kilómetros al sur, en áreas climáticas de
Canadá y Alaska, propicias para la vida de los insectos.
También se hallaron
variedades desconocidas de flores en el norte extremo. Se han visto aves
parecidas a la agachadiza, pero diferentes a cualquier ave conocida, que vienen
del norte y luego vuelven allí. Los conejos son abundantes; no crece
vegetación, pero se encuentra materia vegetal flotando en los restos de las
aguas abiertas del norte.
Las tribus esquimales
dejaron rastros inequívocos de su migración siempre hacia el norte, al lado de
sus campamentos temporarios. Los esquirnales del sur hablan de tribus que viven
en el norte lejano. Tienen la creencia de que sus ancestros vinieron de una
tierra paradisíaca en el extremo norte. En Nueva Zelanda y el sur de América
del Sur, se encuentra fauna y flora similares, que no pueden haber emigrado de
uno de estos lugares al otro. La única explicación es que provienen de una
tierra madre común: el continente antártico. Sin embargo, ¿cómo pudieron venir
de un desierto congelado, donde sólo sobreviven los pingüinos? Palmer concluye:
“Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos hechos
y migraciones”.
Muchos exploradores árticos,
después de pasar por el aro de hielo y la curva que lleva al interior de la
tierra, continuaron hacia el norte hasta cruzar esta barrera de hielo. Muchos
entraron por la abertura, pero no lo supieron; creían estar en la superficie
externa. Esto se debe a que la abertura es tan grande que es imposible
distinguir la diferencia, excepto que el sol sale más tarde y se pone más
temprano, porque los rayos se cortan por el borde de la abertura polar después
de que uno ingresa. Todos los exploradores árticos que fueron suficientemente
al norte observaron lo mismo. Gardner cree que la abertura polar tiene un
diámetro de 2.260 kilómetros.
Una vez que estaban
dentro de la tierra, los exploradores entraban a un mundo nuevo donde hallaban
lo opuesto a lo esperado. La aguja de la brújula apuntaba en sentido vertical
en vez de horizontal como antes, debido a que el verdadero polo magnético está
ubicado en el medio de la curva que va desde afuera hasta adentro de la tierra.
Cuanto más al norte iban, más cálida era la atmósfera. El hielo de las regiones
árticas que estaba más al sur desaparecía y lo reemplazaba el mar abierto. (El
Almirante Byrd encontró una ausencia total de hielo y nieve en la “tierra más
allá del polo” que sobrevoló a lo largo de 2.740 kilómetros.) A medida que los
exploradores navegaban más al norte, los vientos se volvían más cálidos. El
clima era más moderado y agradable. Con frecuencia, el polvo que llevaba el
viento era intolerable. ¿De dónde puede venir tal polvo en el norte extremo,
una tierra de hielo y océano? Reed y Gardner atribuyen el origen de este polvo
a los volcanes dentro de la abertura polar que dan al interior de la tierra.
Sería imposible que hubiera volcanes en el Ártico si no estuvieran dentro de la
abertura polar.
En esta foto de satélite podemos observar la apertura polar Norte, pero
observe como el hielo desaparece cuanto más al norte, para transformarse en mar
abierto, tal como dijeron Byrd y otros exploradores del Ártico. Este fenómeno
ocurre a causa del calor procedente del interior del planeta, y que sale por la
apertura polar.
El 3 de agosto de 1894,
el doctor Fridtjof Nansen, un explorador ártico que se hallaba en el norte
lejano, se sorprendió del clima cálido y las huellas de zorro que encontró
allí. Es probable que estuviera dentro de la abertura polar. La brújula no
funcionaba, y no sabía dónde estaba. Cuanto más entraba a la abertura, más
cálida era la atmósfera; si hubiera seguido, habría visto aves tropicales, como
vieron otros exploradores, además de otros animales no encontrados en la
superficie terrestre, como el mamut que el Almirante Byrd vio desde su avión
cuando sobrevolaba esta área misteriosa sin hielo.
Ray Palmer escribe: “El
toro almizcleño, en contra de lo esperado, emigra al norte en invierno. En
repetidas ocasiones los exploradores árticos observaron osos en camino al
norte, a un área donde no podía haber alimento para ellos. También se pueden
encontrar zorros bien alimentados al norte del paralelo 80. Todos los
exploradores sin excepción concuerdan en que cuanto más al norte se va, más
cálido es el clima. El viento norte trae temperatura más tibia. Hay árboles
coníferos que flotan desde el norte siguiendo las costas desde el norte.
Hallamos mariposas y abejas en el norte lejano, pero nunca cientos de miles de
kilómetros más al sur; no encontramos el clima propicio para la vida de
insectos semejantes hasta Alaska o Canadá. También hallamos variedades
desconocidas de flores. Aves parecidos a la agachadiza, pero diferentes a
cualquier especie conocida salen del norte y vuelven allí. Hay abundancia de
liebres en áreas donde nunca crece vegetación y sin embargo aparece en forma de
restos flotantes provenientes del agua abierta del norte. Las tribus esquimales
que emigran al norte dejan rastros inconfundibles de ese traslado en los
campamentos temporarios. Los esquimales del sur hablan de tribus que viven en
el norte lejano. La gaviota Ross, común en Point Ba-rrow, emigra hacia el norte
en octubre. Sólo la ‘tierra misteriosa’ del Almirante Byrd puede explicar estos
hechos y estas migraciones.”
La leyenda de una tierra
de paraíso en el norte lejano, conocida como “Ultima Thule”, que se suele
confundir con Groenlandia, resulta significativa porque siglos antes del vuelo
del Almirante Byrd, se anticipó la existencia de una tierra lejana, libre de
hielo, en los límites del norte de la tierra. Palmer escribe lo
siguiente: ”La leyenda escandinava de una tierra maravillosa muy al
norte, llamada ‘Ultima Thule’ (que se suele confundir con Groenlandia), es
significativa cuando se estudia en detalle, a raíz de su llamativa semejanza
con la tierra que Byrd vio y su ubicación en el norte tan lejano. Asumir que
Ultima Thule es Groenlandia implica enfrentarse con la contradicción del
Casquete Polar de Groenlandia, que llena toda la depresión de Groenlandia hasta
una profundidad de 3.047 metros. ¿La tierra misteriosa del Almirante Byrd, el
centro del Gran Desconocido, es lo mismo que la Ultima Thule de las leyendas
escandinavas?
“Existen misterios sobre
la Antártida también. Tal vez el mayor sea aquel altamente técnico de la
biología misma, pues la flora y la fauna son idénticas en las masas de tierra
de Nueva Zelanda y América del Sur. No pudieron emigrar de una a otra; se cree
que provienen de una tierra madre común. Esa madre tierra pudo ser el
continente Antartico. En un nivel más popular, encontramos el caso del barco
‘Gladys’ en 1893, cuyo capitán fue H. B. Hatfield. La nave estaba completamente
rodeada de icebergs a 43 grados al sur y 33 grados oeste. En esa latitud, se observó
un iceberg con una gran cantidad de arena y tierra, que revelaba un camino, un
refugio y los cuerpos de cinco hombres muertos acostados en diferentes partes
del témpano. El mal tiempo impidió una investigación más profunda. Hay un
consenso unánime en las opiniones de científicos sobre la peculiaridad del área
antártica, de que no hay tribus humanas que vivan allí. Además, las
investigaciones muestran que ninguna nave se perdió allí en ese momento, por lo
tanto estos hombres no podían ser marineros náufragos. ¿Los hombres que
murieron en el témpano habrán venido de la tierra misteriosa más allá del polo
sur descubierta por la expedición de Byrd? ¿Habrían salido de su tierra cálida
y habitable hasta perderse por la banquina de hielo, y encontrar la muerte en
una porción de hielo en el mar, desprendido de un iceberg mientras ellos
estaban encima?”.
Theodore Fitch, otro
escritor estadounidense que escribe sobre el tema de la tierra hueca, cuando se
refiere a una de las barreras de hielo que hay que cruzar antes de poder entrar
en las aberturas polares, pregunta: “¿Por qué no podemos volar sobre estas
gigantescas barreras o hacer caminos y pasarlas por encima hasta llegar al
interior de la tierra?”. El no encuentra razón que lo impida, aunque, al igual
que tantos otros estadounidenses, ignoraba que el Almirante Byrd había
sobrevolado estas barreras y entrado a la tierra hueca unos años antes. Fitch
cree que una vez que estos hechos sean de conocimiento público, todas las
grandes naciones intentarán establecer soberanía sobre este nuevo mundo, cuya
área es mayor que la superficie terrestre y que no estará sujeta a la
precipitación radioactiva, que envenene los alimentos y las tierras. Mundo de
alcance más fácil que la luna y de mayor importancia para nosotros, ya que
ofrece las condiciones ideales para la vida humana, con mejor clima que el de
la superficie. Fitch lo llama una Tierra de Paraíso y cree que es la verdadera
ubicación geográfica del paraíso, una tierra maravillosa mencionada en todas
las escrituras religiosas de todos los pueblos.
Pareciera que los rusos
están haciendo lo mismo que sugiere Fitch al enviar flotas de rompehielos,
algunos con poder atómico, a explorar el norte lejano. El próximo paso
consistirá en repetir el vuelo del Almirante Byrd a través de la abertura polar
hasta “la tierra más allá del polo”.
El libro de Fitch,
titulado Ow Paradise Inside the Earth (Nuestro paraíso en la tierra), está
basado en los trabajos de Reed y Gardner. Menciona que durante el último siglo,
un capitán de mar que viajaba con rumbo norte siguió la curva hacia adentro, a
pesar de que creía estar en camino al Polo. Fitch escribe lo siguiente: “Tanto
William Reed como Marshall Gardner declaran que debe haber una tierra del
paraíso del otro lado de la barrera de hielo del mamut. Ambos concuerdan en
opinar que una raza de pequeñas personas de color marrón vive en el interior de
la tierra. Es posible que los esquimales descendieran de este pueblo. La
mayoría de los exploradores viajaron directamente al norte hasta pasar por la
curva de 1.290 kilómetros en la abertura polar. Ninguno se dio cuenta que se
encontraba en el interior de la tierra. Estos exploradores encontraron lo
opuesto a lo que esperaban. A medida que avanzaban hacia el norte, los vientos
se volvían cada vez más cálidos. Con la excepción de los fuertes vientos
cálidos que arrastraban polvo de vez en cuando, el clima era tibio y
agradable. Fuera de los icebergs del interior, el mar era abierto y la
navegación buena. (Como ya señalamos, Reed y Gardner explican este extraño
polvo del norte lejano, que oscurece la nieve en la que se deposita, como
proveniente de los volcanes activos en el interior de la abertura polar. Esta
parece la única explicación posible. El autor.) Veían incontables kilómetros
cuadrados de tierra buena. Cuanto más al norte iban, más hierba, flores,
arbustos, árboles y otra vegetación encontraban. Un explorador escribió que sus
hombres llegaron a recoger ocho clases diferentes de flores y que veían colinas
cubiertas de verdor. (El Almirante Byrd confirmó estas observaciones, pues
en su vuelo de 2.740 kilómetros sobre territorio sin hielo, vio árboles,
vegetación, montañas, lagos y vida animal. El autor.) Otro autor contó que
había visto toda clase de anímales de clima cálido y millones de aves
tropicales. Había tal densidad, que un hombre ciego podría acertar a una o más
aves con un solo tiro. El hermoso paisaje del cielo y la tierra eran más
magníficos que todo lo conocido en el exterior de la tierra. Todos los
exploradores escribieron sobre la majestuosidad de la aurora boreal, que
algunos sostienen proviene del sol central dentro de la tierra, que brilla a
través de la abertura en el Polo Norte.”
Fitch señala que el
interior hueco de la tierra tiene un área terrestre mayor que la superficie porque,
ya que 75 por ciento de la superficie está cubierta de agua, quedan menos de 88
millones de kilómetros cuadrados de superficie de tierra. Por lo tanto, la
superficie terrestre total es de menos de 318 millones de kilómetros cuadrados.
Fitch sostiene que, en el interior, no hay océanos de tamaño comparable con los
de la superficie, y que hay tres veces la cantidad de tierra dentro de la
tierra. Es decir, que a pesar de la circunferencia y el área total menores del
interior, el área de tierra es mayor. Fitch dice que tiene un clima mejor y más
saludable del que tenemos en la superficie, sin los inviernos fríos, los
huracanes, los terremotos, las tormentas eléctricas, los ciclones, las
precipitaciones radioactivas, la erosión de la tierra por lluvia excesiva y
otras desventajas. Tiene un clima subtropical ideal.
William L. Blessing es
otro escritor estadounidense al que influyeron mucho las teorías de Reed y
Gardner. Publicó un folleto sobre el tema, donde reproduce los diagramas de la
estructura terrestre. Dice:
“La tierra no es una
verdadera esfera. Es chata en los polos, o tal vez deba decir, comienza a
achatarse en los polos. El polo es sólo el borde externo de un círculo
magnético, donde la aguja magnética de la brújula apunta hacia abajo. A medida
que la tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico. El polo
giroscópico externo es el borde magnético de un círculo. Más allá del borde, la
tierra se achata e inclina en forma gradual como un cañón hacia el interior. El
verdadero polo en el centro exacto del cono es perpendicular, pues este punto
es el centro exacto de la abertura que va al interior. Hay que descartar la
antigua idea de que la tierra alguna vez fue una masa sólida o fundida, y que
el centro está compuesto de hierro fundido. Puesto que el caparazón de la
tierra tiene un espesor de 1.290 kilómetros, el núcleo de hierro debería tener
un diámetro de más de 11.290 kilómetros y 33 870 kilómetros de circunferencia.
Es imposible. Asimismo, hay que descartar la antigua idea de que cuanto mas
profundamente se penetra en la tierra mas calor hace. El radium y la
radioactividad producen este calor. Todas las rocas de la superficie contienen
partículas diminutas de radium.”
Uno de los hechos más
enigmáticos de la exploración del Ártico es que, aunque es un área de océano,
cubierta de agua, que se congela por encima o está abierta en partes -según la
época del año- muchos exploradores señalan que hay grandes extensiones de
océano abierto en los puntos mas cercanos al polo, mientras que más al sur hay
más hielo. Algunos exploradores dijeron que hacia mucho calor a veces y que
debieron quitarse sus abrigos. Inclusive hay un registro de un encuentro con
esquimales desnudos. Se cree que el origen de esta raza es el norte extremo, de
donde emigraron al sur hasta su habitat actual. Es probable que su hogar
original más al norte fuera más cálido que el actual.
Resulta extraño que los
libros de Reed y Gardner, que presentaban una teoría geográfica tan histórica, apoyada
por la evidencia de exploraciones árticas durante el último siglo, fuera tan
ignorada para que, en la actualidad, sean imposibles o difíciles de obtener. Es
una teoría de importancia comparable con la teoría de que la tierra es redonda,
cuando fue rechazada en los principios; ¿habrá sido ocultada? (Este autor tuvo
la suerte de obtener una copia del libro de Gardner de un librero de libros
raros.) ¿Será posible que estos libros compartieran el destino de las noticias
sobre los descubrimientos del Almirante Byrd, el libro de Giannini y la revista
de Palmer que anunciaba la confirmación de Byrd de la teoría de Reed y Palmer
sobre la tierra hueca con aberturas en los polos? (Un corresponsal de este
autor, residente en Washington D.C., escribió que por casualidad, mientras
revisaba libros en la biblioteca de un alto oficial de la Fuerza Aérea, con
quien tenía negocios, para su gran sorpresa, encontró una copia del libro de
Gardner.) Es evidente que la teoría de Gardner sobre la tierra hueca es
conocida por los líderes gubernamentales y militares, ya que el Almirante Byrd
la confirmó, pero que la callan, y no puede discutirse en forma abierta.
Fitch pide a quienes no
creen que la tierra es hueca, con aberturas en los polos, que contesten las
siguientes preguntas:
“¿Puede usted producir
pruebas de que algún explorador llegó al supuesto Polo Norte o Polo Sur?
“Si no existe una latitud
de 83 a 90 grados en la tierra, ¿cómo se puede sobrevolar el Polo Norte?
“Si la tierra no es
hueca, ¿por qué el viento norte en el Ártico se hace más cálido a medida que
uno navega hacia el norte más allá de la latitud de 70 grados?
“¿Por qué hay vientos del
norte cálidos y mar abierto a lo largo de cientos de kilómetros al norte de la
laütud de 82 grados?
“Después de llegar a la
latitud de 82 grados, ¿por qué la aguja de la brújula siempre está agitada?
“Si la tierra no es
hueca, ¿por qué los vientos cálidos del norte ya mencionados transportan más
polvo que cualquier viento en la tierra?
“Si no fluyen ríos de
adentro hacia afuera, ¿por qué flotan plantas y árboles en el agua dulce de los
icebergs?
“Si ninguno de los
icebergs proviene de alguna parte sobre la tierra, ¿de dónde vienen si no
suponemos la existencia de ríos que fluyen de adentro para afuera?
“Si el interior de la tierra
no es cálido, ¿por qué millones de aves tropicales y animales van hacia el
norte en el invierno?
“¿Por qué el viento del
norte transporta más polen y capullos que cualquier otro en el exterior?
“Si la tierra no es hueca
y cálida por dentro, ¿por qué el polen colorea la nieve a lo largo de miles de
kilómetros cuadrados?
“¿Será tal vez que el
polen de millones de acres de flores de color tiñe la nieve de colorado, rosa,
amarillo, azul, etcétera?”



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